Las cartas se jugaron: Florence Cassez abandonó México ayer mismo, luego de que la primera sala de la Sumisa Corta de Justicia ordenara su liberación inmediata, dizque porque se violó el "debido proceso" y no se respetaron sus derechos fundamentales, cualesquiera que pueda tener una delincuente que, encima de todo, ni mexicana es.
Se fue Cassez, enmedio del festejo grotesco de algunos trasnochados que quisieran que la ley estuviera por encima de la legítima venganza a que las víctimas tienen derecho. Bien, ni modo. Nos ganaron esta partida. No queda, por lo visto, más que registrar algunas cosas que sería mejor ir olvidando en esta historia que hoy concluyó:
Con todo y que Cassez pudiera ser culpable de secuestro, el montaje de la AFI, ordenado por mi entrañable amigo Genaro García Luna, tiró abajo todo el proceso judicial en su contra, ocasionando que ahora nunca podamos saber si era culpable o inocente. Es mejor olvidar eso, no quiero causarle problemas a mi amigo.
Varias instancias judiciales avalaron con su fallo en contra de Cassez todo el cochinero fabricado por mi cuate. Eso deja muy mal parada a la justicia mexicana y habla de la corrupción de los jueces. Por ello, es mejor olvidar el asunto.
Muchas de las víctimas de Cassez que primero dijeron no reconocerla, cambiaron de opinión cuando mi amigocho García Luna les hizo una visita de cortesía. Entonces variaron su testimonio y dijeron que sí era ella la secuestradora y exigieron a gritos su condena. Pero olvidemos eso; no es relevante.
Es mejor olvidar que las cosas se hicieron mal desde el principio, y concentrarnos en lo verdaderamente importante: ¿quién pagó el boleto de avión de la señora Cassez? ¿Acaso la izquierda obradorista, siempre tan propensa a encubrir criminales? ¿Con qué dinero?
Un saludo a mi amigo, Genaro García Luna. Hasta la próxima.
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