Como bien señalé en ese entonces, era ridícula la acusación hecha por el Peligro para México, ya que por más que las autoridades electorales buscaron, no pudieron hallar una sola de las míticas tarjetas mencionadas, lo que es prueba irrefutable de su inexistencia. Y así, como una acusación ridícula, fue debidamente archivada en buena hora en el basurero de la democracia.
Es inaudito que alguien pretenda poner en duda el proceso electoral de 2012, el más transparente y confiable de la historia universal. Por supuesto, tal despropósito sólo podía venir de esa izquierda violenta, radical, guerrillera, promotora de la violencia, a la que hasta lo que no come le hace daño. Quedó demostrado que ninguna razón tenían.
Por otro lado, y en un verdadero ejercicio de democracia y transparencia, el IFE confirmó que en la pasada elección presidencial el PRI utilizó tarjetas Monex para mover recursos que rebasaron por mucho los topes de campaña establecidos por la ley. La verdad es de felicitarse la honestidad y profesionalismo del IFE, que investigaron de forma clara y pronta; y ¿por qué no?, hay que felicitar también al PAN, partido que hizo la denuncia única y exclusiva de este hecho. Si todos en este país tuvieran ese valor cívico para denunciar lo que está mal, otro gallo nos cantara. ¿No les parece que deberían hacerlo Obrador y sus simpatizantes? Pero bueno, como dice el dicho: mi nieve de limón, y mi cocacola, al tiempo...
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